Hoy en día, el examen con una cámara magnética (imágenes por resonancia magnética, IRM) se utiliza después de una operación cerebral para determinar si ha dañado el cerebro del paciente. La resonancia magnética puede identificar sangrado (hemorragia) y áreas del cerebro dañadas por un flujo sanguíneo inadecuado (isquemia).
Los biomarcadores que ahora se investigan en pacientes operados de un tumor cerebral están bien estudiados dentro del área de enfermedades neurológicas, especialmente el Alzheimer y otras demencias y en pacientes con lesiones cerebrales traumáticas. Los marcadores examinados se conocen como neurofilamento ligero (NfL), proteína ácida fibrilar glial (GFAP) y proteína tau. NfL es un marcador de daño a las fibras de las células nerviosas, GFAP de daño a las células de apoyo del cerebro y tau de deterioro de las células nerviosas.
El presente estudio se publica en la revista científica Neurosurgery. El estudio comprende 34 pacientes adultos con glioma, uno de los tipos más comunes de tumor cerebral. La concentración de biomarcadores se midió inicialmente el día anterior a la cirugía y luego uno, tres, cinco y diez días después del procedimiento.
El estudio muestra que los niveles de marcadores en la sangre se correlacionan tanto con la extensión de la lesión causada por la falta de oxígeno que se produjo durante la cirugía como con la gravedad del déficit neurológico que sufren los pacientes.
La medición de biomarcadores en muestras de sangre puede convertirse en una nueva forma de evaluar las lesiones causadas por la neurocirugía, permitiendo así la comparación de métodos quirúrgicos.