Un protocolo de detección de dos pasos que combina la evaluación de riesgos clínicos con pruebas de biomarcadores puede identificar de manera más efectiva qué pacientes con diabetes tipo 2 necesitan medicamentos para prevenir la insuficiencia cardíaca, según un estudio dirigido por investigadores del UT Southwestern Medical Center.
Publicado en Circulation, una revista de la Asociación Estadounidense del Corazón, el estudio encontró que la nueva estrategia es el mejor enfoque para predecir la insuficiencia cardíaca en pacientes con diabetes, incluso en aquellos considerados de bajo riesgo después de una evaluación clínica del riesgo únicamente. En la investigación colaboraron médicos e investigadores de todo Estados Unidos, Canadá, Singapur y los Países Bajos.
El Dr. Ambarish Pandey, profesor asociado de Medicina Interna en la División de Cardiología de UT Southwestern es el autor correspondiente del estudio; mientras que el primer autor del estudio es Kershaw Patel, MD, profesor asistente de Cardiología en el Instituto Académico Metodista de Houston. El Dr. Pandey y sus colegas descubrieron que combinar estas estrategias de evaluación de riesgos de forma secuencial agregando un segundo paso, como realizar a los pacientes de bajo riesgo según la puntuación de riesgo clínico un análisis de sangre para determinar los niveles de péptido natriurético, un biomarcador de enfermedades cardiovasculares, es la forma más eficiente y estrategia potencialmente rentable para la detección de insuficiencia cardíaca. Los péptidos natriuréticos son proteínas producidas por el corazón cuando hay un estiramiento estresante del músculo cardíaco. La investigación podría conducir a que más pacientes sean evaluados con precisión y reciban terapias preventivas comprobadas, como los inhibidores del cotransportador de sodio-glucosa 2 (SGLT2i), para proteger la salud de su corazón.
El estudio incluyó datos de 6.293 pacientes con diabetes que habían participado en siete estudios de cohortes. De ellos, 4.889 no tenían signos de enfermedad cardiovascular aterosclerótica (ASCVD). Todos los pacientes se habían sometido a pruebas de detección para determinar su nivel de riesgo de insuficiencia cardíaca. Al comparar los métodos de detección y el riesgo posterior de episodios de insuficiencia cardíaca en un seguimiento de cinco años, los investigadores pudieron determinar los métodos y la secuencia que mejor predecían aquellos en riesgo.
Aunque el examen ecocardiográfico puede ser un determinante de riesgo beneficioso después de la evaluación clínica, es más costoso y requiere más tiempo que un análisis de sangre del péptido natriurético. Eso hace que sea menos probable que se revise el ecocardiograma a menos que un paciente ya sea considerado de alto riesgo o tenga otra indicación para realizar la prueba.
El estudio se basa en investigaciones anteriores en la UTSW para desarrollar nuevas puntuaciones de riesgo y evaluaciones basadas en biomarcadores para la predicción del riesgo de insuficiencia cardíaca.
Muhammad Shariq Usman, MD, residente en Medicina Interna de la UTSW, contribuyó al estudio.