Sin lugar a dudas, uno de los personajes que más ha sufrido en las zonas violentas del país es la mujer. Vilipendiada, asediada, acosada, ultrajada o maltratada, la mujer siempre lleva las de perder ante una irracional “violencia” que tarde o temprano termina tocando a su puerta.
Pero también esta mujer es valiente, es osada, es soñadora y aspira a que nadie más repita sus experiencias y lo propone al denunciar, al hablar de sus experiencias y sobre todo siendo parte importante de la construcción de paz en cada una de las regiones donde habitan. Y cuando una mujer, se une a otra, a otra y sigue la cadena no habrá nada que se interponga y al final cada una como una gota se convierten en un torrencial que logra su objetivo.
Ante tanta historia, tantas vivencias y tantas mujeres de por medio se justificaba la realización de un documento audiovisual que perpetuara las historias y sus protagonistas. Sin embargo, falto un narrador o algún otro elemento que uniera las entrevistas realizadas y le dieran un mayor valor y entendimiento histórico a este documental.
El próximo miércoles 8 de marzo como parte de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, la Cinemateca de Bogotá realizará una función de este documental a las 7 de la noche con entrada gratuita y a partir del jueves se podrá ver en algunas salas de cine del país.
La Historia:
La Entidad de las Naciones Unidas para la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres (ONU Mujeres) realizó una convocatoria para la producción de un largometraje documental sobre el rol de las mujeres colombianas en la construcción de la paz en el marco de la conmemoración de la resolución 1325 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. La productora “La Retratista” fue la ganadora de esta convocatoria y este documental es el resultado de esta invitación.
Calificación: 3.5 estrellas
- Género: Documental
- Duración: 1 hora, 25 minutos
- Directora: Margarita Martinez Escallon
- Sinopsis: La historia de un grupo de mujeres que sufren la guerra, pero se atreven a construir por la paz. Contra toda clase de obstáculos han enfrentado actores armados, ganado pleitos judiciales inéditos de violencia sexual, han retado la economía de la cocaína y se han oído y abrazado entre ellas mismas para sanar los dolores que la guerra les dejó. Estas mujeres, como los pequeños ríos que al unirse forman el gran Amazonas, han abierto un cauce para una nueva política centrada en el ser humano, en la solidaridad y en el amor, algo cursi en un mundo de hombres, pero posible en un mundo donde las mujeres tengan voz.